12 de noviembre de 2012

Y llegan los primeros pinchazos

Publicado por telmonollega



Después de ocho largos meses de espera, la primera consulta no duró más de 10 minutos. Un poco decepcionante, pero bueno, así es el protocolo y, como tal, hay que respetar. En esa cita, una enfermera te hace una ficha exhaustiva con los datos vitales básicos, historial médico, un recorrido por los antecedentes familiares, tratamientos recibidos y hábitos sexuales, entre otros. Te mide y pesa y te manda ya las primeras pruebas. Dos pruebas de sangre, una al comienzo del ciclo menstrual, entre los días 2 y 5 del ciclo, la otra al final, entre el 23 y 25. Al chico, análisis de sangre y espermiograma.

Ahora comienza lo realmente duro, me río yo de la espera.

El primer análisis de sangre es para descartar la existencia de cualquier enfermedad de transmisión sexual y, al tiempo, medir los niveles hormonales. El día que vas al vampiro, te extraen cinco tubos de sangre, sí cinco, he dicho bien. Las mujeres somos complejas hasta en esto. Nuestras hormonas cumplen diferentes funciones en cada momento del ciclo menstrual. Por eso, el primer análisis hay que realizarlo entre el día 2 y el día 5 de ciclo, contados a partir del día que empiezas a manchar. El segundo análisis se realiza entre los días 23 y 25 de ciclo. En ellos, se miden, al menos, tres grupos de hormonas. Un primer grupo son las llamadas del eje hipotálamo-hipófisis-ovario, que son las que regulan el ciclo menstrual, y estas son la FSH u hormona folículoestimulante, LH u hormona luteinizante y estradiol. Mientras el estradiol evalúa la cantidad de estrógenos presente en el organismo, ya que demasiado estrógeno podría afectar negativamente a la calidad de los óvulos, la hormona folículo estimulante (FSH) y la hormona luteinizante (LH), si están por encima de unos determinados valores indican problemas en los ovarios (fallo ovárico primario). Bajos niveles de HL y de FSH indican desorden o trastorno en la glándula pituitaria o en el hipotálamo, causantes también de problemas de infertilidad. Un segundo grupo son las hormonas tiroideas, que regulan la función de la glándula tiroidea y que son importantes para la correcta evolución de la gestación. Entre ellas, se analizan, sobre todo la TSH u hormona estimuladora del tiroides, y la T3/T4. Por último, es imprescindible un estudio de la prolactina (PRL), la hormona que regula varias funciones endocrinas en el cuerpo, sobre todo la producción de leche materna, pero también puede influir en el ciclo menstrual. 

Unos niveles adecuados de estas hormonas indican que los ovarios realizan su función correctamente, o lo que es lo mismo y en cristiano, que no están viejos ni agotados para producir óvulos.

En el caso de los chicos, aunque las pruebas son más sencillas, el trago tampoco es fácil. Ellos también tienen que hacerse un análisis de sangre para descartar enfermedades de transmisión sexual como el VIH o la Hepatitis B. Además, tienen que hacer uno o varios seminogramas o espermiogramas. Si en el primero todos los valores salen bien, no se repite. Si algún valor sale alterado, se hace otra prueba pasados tres meses, que es el tiempo que se estima tarda en regenerarse el esperma. La prueba en sí analiza una muestra de semen, obtenida mediante masturbación y después de un período de abstinencia mínimo de entre 3 y 5 días. El tiempo en la recogida de la muestra es muy importante y nunca debe pasar más de media hora desde su extracción hasta su entrega en el laboratorio, porque perdería valor. En ella se valoran parámetros como las características físicas del esperma, densidad seminal, motilidad y morfología.

(este post no tiene ninguna pretensión científica, ya que es un resumen de toda la información que yo fui recopilando antes de hacerme las primeras pruebas)

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